7 jun 2008

Tejados, Candelario (Salamanca)





Andaban, y al andar cantaban Eterna memoria. Los pies, los caballos y el soplo del viento parecían continuar el cántico en las pausas.
Los transeúntes abrían paso al cortejo, contaban las coronas y se santiguaban. Los curiosos, metiéndose entre las filas, preguntaban:
-¿Quien es el muerto?
Y les respondían:
-Jivago.
-¡Ah! Entonces se comprende.
-Pero no él. Ella.
-Lo mismo da. ¡Dios la haya perdonado! Lujoso entierro.
Transcurrieron los últimos minutos, contados e irrevocables.

1 comentario:

fotosbrujas dijo...

ostras que chulas las fotos, me ha gustado mucho.