18 jun 2008

Garganta de los Caballeros, Navalguijo (Ávila)






Querido Marco: he ido esta mañana a ver a mi médico Hermógenes, que acaba de regresar a la Villa después de un largo viaje por Asia. El examen debía hacerse en ayunas; habíamos convenido encontrarnos en las primeras horas del día. Me tendí sobre un lecho luego de despojarme del manto y la túnica. Te evito detalles que te resultarían tan desagradables como a mí mismo, y la descripción del cuerpo de un hombre que envejece y se prepara a morir de una hidropesía del corazón. Digamos solamente que tosí, respiré y contuve el aliento conforme a las indicaciones de Hermógenes, alarmado a pesar suyo por el rápido progreso de la enfermedad, y pronto a descargar el peso de la culpa en el joven Iollas, que me atendió durante su ausencia. Es difícil seguir siendo emperador ante un médico, y también es difícil guardar la calidad de hombre.

2 comentarios:

fotosbrujas dijo...

¿¿Memorias de adriano? jejejej
pues nada que ya nos hemos reincorporado como ves, que poco dura lo bueno, la verdad ques que ha sido poco pero intenso
saludos

fotosbrujas dijo...

Este blog prometia
deberias seguir