Fernando abrazó a Laura y ella no quiso mirar los ojos de su padre; a los muertos se les lloraba una sola vez y luego se trataba de hacer lo que ellos ya no pudieron. No se podría amar, escribir, luchar, pensar, trabajar, con el llanto nublándonos los ojos y la cabeza; el luto prolongado era una traición a la vida del muerto.
Los años con Laura Díaz
1 comentario:
Una pasadqa oporto , me encantó cuando lo visitamos hace algunos años, a mi em gustó elrio, ¿No hiciste fotos?
saludos
Publicar un comentario