4 jul 2009

La Romana, Candelario (Salamanca)

Soy un cobarde, Julián, y me doy bien cuenta de que confesar lo que tengo que confesarte es, a estas alturas y, sobre todo, en este momento, una cobardía, pero que quieres, estas cosas las vas dejando, las vas dejando y en cuanto te descuidas estás muerto, que es lo que te ha pasado a ti, y yo tengo que cargar con este peso sobre mi conciencia, que no creas que no me atormenta desde el punto y hora en que sucedió, porque estas deudas de conciencia son por causa de asuntos cumplidos, estas cosas son... pues, como morirse.
Esa pared de hielo

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