12 jul 2009

Iguazú (Argentina)

La tengo a medio metro en la cama sin tocarnos. A oscuras, boca arriba. Tampoco la oigo respirar. Lo más cerca que puedo ponerme de Felipe y de Poncio es cubriendo con mi mano abierta el vientre de Madia. Y nada más hacerlo las dos manos de la mujer caen sobre la mía y se quedan encima calentándola.
Los cuerpos desnudos

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